Sully Sinopsis: Chesley “Sully” Sullenberger es un piloto aéreo que en 2009 se convirtió en un héroe cuando, al poco de despegar, su avión se averió y logró realizar un aterrizaje forzoso del aparato en pleno río Hudson, en Nueva York, con 155 pasajeros a bordo. “Sully”, película estadounidense de 2016 dirigida por el gran Clint Eastwood, el veterano actor, productor, guionista y director de 88 años, considerado como uno de los más grandes desde mediados de los 80. Aunque no es de sus mejores obras, está realizada en su etapa más populista y de implicación de su reconocido republicanismo político, para resaltar historias reales de héroes americanos anónimos, como en El francotirador (2014) o 3:17, Tren a París (2017). Cualquier producción de Eastwood siempre es interesante, en este caso con un guion de Todd Komarnicky, basado en el libro biográfico Highest Duty de los pilotos Chesley Sullenberger y Jeffrey Skiles, donde combina el propio relato de la heroica acción sobre el amerizaje del avión el frío 15 de enero de 2009 en el río Hudson de nueva york, con toda la presión mediática de los medios de comunicación sobre el piloto, y de la investigación de las instituciones y la agencia NTSB para la seguridad aérea, sobre las causas y decisiones que se tomaron durante los breves minutos del accidente, donde entran en juego intereses personales o de las compañías de seguros para el pago de las primas. Como la propia película, sobria y profesional actuación del siempre fiable Tom Hanks y de Aaron Eckhart, secundados por Laura Linney, habitual en estas últimas de Eastwood, y otros buenos profesionales. Esta vez la banda sonora no la hace el propio director como suele ser habitual, es una composición de Christian Jacob acompañado por The Tierney Sutton Band. En el apartado de bandas sonoras, y vinculado con los inicios como actor de Clint Eastwood en los Spaghetti Western de los años 60, el maestro Ennio Morricone, una debilidad personal la de este romano universal que este 2018 cumple los 90 años, con una versátil y amplia producción de composiciones para el cine, televisión y otros eventos. Con multitud de premios y nominaciones, entre ellos 5 para los Óscar, por desgracia solo le concedieron el premio honorífico en 2007, y en 2010 le otorgaron el premio de la Música Polar, considerado como el Nobel del sector. Su evolución, su capacidad de adaptación, de influencia y de creación de tendencias las podemos apreciar en temas como el bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966), o en las sublimes bandas de La Misión (roland Joffé, 1986) y Cinema Paradiso (Giuseppe tornatore, 1988). En la tertulia con nuestro veterano experto en aviación Gabriel Aysa y con Graciela Robert.

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